Una lesión en una mano interrumpió hace meses mi programación de festejos, para la que tanto me había preparado. Los toreros nos jugamos la vida continuamente y, paradojas de la vida, el más tonto de los accidentes puede obligar a aplazar nuestros sueños.
Gracias a Dios, ya estoy recuperado por completo de la lesión y este domingo que estado tentando una res en el campo. He sentido que respiraba de nuevo…
El animal me aportó lo que yo necesitaba, y a mí mismo me he encontrado en forma y con unas ganas tremendas de volver a los ruedos.
Doy las gracias y mantengo en mi memoria al empresario Don Ignacio Caubilla, que ha facilitado la tienta en la Ganadería Navarra de Don Pablo Rodríguez.
Borja Ximelis